lunes, 25 de abril de 2016

AJO, AGUA Y RESINA

Cualquier niño nacido en los años 80 en Santa Cruz de Tenerife, sabe que las fiestas de mayo son sinónimo de Los Gorgoritos. Su origen, ya lo saben y si no se los cuento, está en la compañía de Títeres de Maese Villarejo, donde los protagonistas eran entre otros el propio Gorgorito, la bruja, el ogro, la bella Rosalinda y la estaca, con la que gorgorito acababa con todos los malos. La representación de la compañía de la que les hablo termina hoy, no porque acabe la fiesta, sino porque las marionetas se toman vacaciones por lo menos hasta después del 26 de junio. La pantomima se ha terminado por el momento y el público infantil y adulto no tendrá divertimento por un tiempo. Habrá que recurrir a Supervivientes, con lo que al menos uno se puede sentir identificado por eso de pasar hambre y arrastrarse por el barro. El caso es que la compañía cierra por descanso y la audiencia está agotada por cansancio. En los últimos meses, los argumentos se habían acabado volviendo reiterativos, Gorgorito ya no sabía a quién darle palos, la escoba de la bruja caía en picado y ya ni los buenos eran ya tan buenos, ni los malos tan malos. Una y otra vez se repetían los ataques y los insultos. Los niños lloraban confundidos en las representaciones y los padres empezaron a optar por no llevarlos. En junio ya les digo, volverán a la carga. Tienen un par de meses para oxigenarse, renovar sus argumentos y volver a convencernos del rol que tiene cada uno en la pantomima. Mientras tanto, ya tienen la receta: ajo, agua y resina. Permítanme no decirles lo que significa cada uno.

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