JROÑA QUE JROÑA

La semana pasada dio la vuelta al mundo una exposición de un artista que decidió mostrar a los líderes mundiales sentados en el trono del baño. Entre ellos estaba la imagen de Ángela Merkel, que al parecer se ha vuelto premonitoria. La canciller se ha debido hartar a yogur griego este fin de semana y ya se sabe, es algo más denso y ácido que el que estamos acostumbrados. Se ve que la Merkel también quería sumarse a la campaña y decir aquello de las mujeres alemanas responden. El caso es que el tránsito intestinal se le ha obstruido a media Europa y en particular a derecha y a la troika, que ven con temor la llegada al poder en Grecia de los radicales de izquierda, que se han convertido casi en los jinetes del Apocalipsis. Son muchos los que temen que en Europa, por querer hacerse mucho los suecos, al final la tendencia sea hacerse el griego, y hay miedo a que el virus estomacal se contagie...o como decimos en Canarias...que haya andancio. Y hablando de estómagos, hay uno agradecido, el de Bárcenas, que amenaza con tirar de la manta ahora que hace pelete...una manta que parece que será más grande que las túnicas que usaba Demis Roussos. El cantante se fue ayer mientras su país celebraba la victoria de Syriza....eso sí que es irse haciendo un triki triki, mon amour.

BOLERO PETROLERO

Dicen que la distancia es el olvido pero en la letra del bolero petrolero en Canarias no creo que se olvide el desamor que ha provocado con la ciudadanía esta perforación en el corazón de nuestras aguas. El reloj en este caso sí ha marcado las horas y quien enloquece es el ministro Soria, que se ha quedado sin rumbo y en el lodo, pero a él nadie le dice ven...más bien vete. El barquito de Repsol abandona nuestras aguas, y como las páginas de un libro que se pasan, termina de momento el capítulo de este culebrón marcado por el desafecto entre Canarias y el Gobierno de España. Paulino Rivero, José Manuel Soria, dos hombres frente a frente que ahora escriben una nueva letra...podría ser así... Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos...odiándonos estamos...Nosotros, que del petróleo hicimos, un show maravilloso, conflicto tan divino...nosotros, que nos odiamos tanto, debemos soportarnos no me preguntes más....Lo siento por Clavijo, te odio con el alma, pero si tras las urnas tenemos que pactar... yo por mi bien...les digo adiós.

AFILANDO EL LÁPIZ

Mañana es día 14 y regresa a los kioskos la revista Charlie Hebdo. Saldrá elaborada por sus supervivientes que han pasado una semana afilando el lápiz, como quien carga una y otra vez el cartucho de una escopeta. Los que atentaron contra esta publicación se olvidan de que si partes un lápiz por la mitad, sólo hace falta afilarlo de nuevo para poder seguir haciendo trazos. Durante esta semana hemos visto a la vieja Europa manifestarse como una piña por la libertad de expresión, salvo en España, donde debe ser que ya estamos inmunizados contra el terrorismo, porque aquí no se vio ninguna manifestación masiva, claro que resultaría peculiar que el Gobierno decida salir en tropel para protestar por quien cercena la libertad de expresión, cuando en casa andamos amordazados desde la aprobación de la ley que castiga al que se ponga gallito. No ha sido la única imagen curiosa de estos días, otra de las buenas es el selfie de los líderes europeos cogiditos del brazo y fingiendo ir en la cabecera de una manifestación, cuando en realidad iban bien distanciados de la muchedumbre. Tal y como ocurre en la realidad, la gente camina varios metros por detrás del político, casi como la emperatriz de Japón, que siempre guarda una distancia prudencial. Lo cierto es que ha sido una semana de movilizaciones y protestas pero también de mucha incertidumbre sobre el futuro de la convivencia en esta torrel de Babel y si no, párense a mirar las manifestaciones antiislamistas que hubo en Alemania justo antes del atentado de París. No había hecho falta atentar contra una revista para que el odio ya estuviera instalado. La alianza de Civilizaciones cae en picado, si es que alguna vez existió, mientras nos olvidamos de que además de 11s, 11m y muchos yo soy Charlie, la otra mitad del mundo se desangra todos los días con matanzas que pasan desapercibidas, pero para esas no hay ni pancartas ni movilizaciones. Hasta en la muerte, hay categorías.