lunes, 5 de octubre de 2015

EL PÁJARO ESPINO

Hasta ahora, en el imaginario de los que nos criamos en la década de los 80, el único sacerdote salido del tiesto que conocíamos era el Pájaro Espino. En aquella serie, el actor Richard Chamberlain, se entregaba a un éxito seguro de argumento, el amor prohibido. Cuando comenzamos a adquirir un poco más de conciencia, nos empezamos a enterar de que el voto de castidad, era para algunos sacerdotes mucho más laxo de lo que pensábamos y así, comenzó a destaparse el tupido velo que acabó por hacer temblar los cimientos de la institución cuando comenzaron a conocerse los casos de pederastia y acoso en el seno de la Iglesia. La última campanada, la ha dado el sacerdote polaco que ha salido del armario, el pájaro espino en este caso tenía un plumaje algo más vistoso. Salir del armario en ese caso casi tiene mérito porque otra cosa no, pero en la iglesia, más que llaves los armarios deben tener más candados que los puentes franceses de enamorados e incluso si se descuidan hasta número de seguridad como las cajas fuertes. Si algo ha llamado la atención además de la salida del confesionario del sacerdote, es que ahora mismo los titulares ya no destacan sólo eso, sino el hecho de que la pareja del sacerdote sea un catalán. Por lo visto, la pareja del sacerdote habría mostrado públicamente su apoyo al proceso soberanista en una entrevista. Tal y como están las cosas, yo no sé qué es peor, si ser cura y tratar de salir del armario o ser catalán y demostrarlo en público. Este doble outing tiene locos a los medios de comunicación. A mi, ya ven ustedes, lo mismo me da el alzacuellos y sotana arcoiris que el color negro. Entre la correntina de aire fresco que ha traído el papa Francisco y ahora este caso, parece que la Iglesia católica quiera precipitarse a velocidad de tren japonés hacia una renovación para la que sus estructuras y, sobre todo, sus feligreses no están preparados. A mi me gusta pensar que la Iglesia de los orígenes estaba basada en el amor y que esa teoría se ha ido diluyendo con el tiempo. A lo mejor es cuestión de que se replanteen los votos a los que tienen que hacer frente los sacerdotes. Pobreza, obediencia y castidad...pobres ya somos todos, obedientes...no nos queda otra y castos, pues se hace lo que se puede. Para una alegría que tenemos en la vida, mejor poder gritar un aleluya de vez en cuando.

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