lunes, 22 de julio de 2013

SATURNO DEVORADO

Saturno devoró a sus hijos y ahora el tiempo lo va a devorar a él en la cárcel. Se pone fin así a un proceso judicial marcado por la frialdad de un témpano de quien decía llamarse padre. Una palabra que le queda muy larga a un ser humano capaz de acabar con la vida de su propia sangre. Ahora al menos habrá algo de paz para una madre que seguirá siéndolo incluso más allá de la muerte.
Mientras tanto, la maternidad y la paternidad para otras personas es algo que se podría arrebatar incluso antes de que sea  real. La obsesión por pasar por el colador de la ideología toda reforma, está poniendo en riesgo el deseo con más compromiso que uno puede tener y que obsesiona hasta la enfermedad a quien arriesga todo por ello y no tiene éxito.  Pueden contar milongas, pero la reproducción asistida podría quedar de nuevo reducida a aquello de las peras con las peras y las manzanas con las manzanas. Deberían enterarse quienes rigen nuestros destinos de que hay más modelos de familia y que ya no estamos para poner coto ni a las ganas de querer ni a quienes quieren tener la oportunidad de llamarse padre y madre, con pareja o en soledad. Estas decisiones pensadas con la tijera, lo único que al final están recortando es la capacidad de ser feliz  y, sobre todo, están mermando  la posibilidad de que a este gobierno le quede un atisbo de cercanía y humanidad.




Para Rosana y Cristina, madres.

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