lunes, 1 de abril de 2013

LECCIONES PRÁCTICAS SOBRE EL ESCRACHE

La Semana Santa ha dejado lluvias en la península, cuerpos tostados al sol en Canarias y demostraciones de fervor en toda España al paso de las procesiones. Este pequeño paréntesis de la semana de pasión no lo ha sido para aquellos que, por desgracia, siguen pendientes de la losa de una ejecución hipotecaria.
La crisis económica sí que es un vía crucis que parece no tener fin. Si hay algo que puede darle una visión positiva a esta crisis, además de las nuevas oportunidades, es el enriquecimiento paulatino de nuestro vocabulario....la prima de riesgo, mercado de deuda, troika, hombres de negro, preferentes, activos tóxicos y así una larga lista de términos que han pasado a formar parte de nuestro día a día hasta convertirnos en eruditos.
Por aquello de que el saber no ocupa lugar, esta semana santa nos deja además nuevos inventos del vocabulario traídos desde tierras sudamericanas. Ha sido la semana del escrache, que se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales, en columnas de opinión y en debates televisivos.
Tenemos escrache hasta en la sopa....pero ¿sabemos lo que es? para que ustedes me entiendan es ir a tocar las narices al domicilio o sede del político y siglas de turno con un cabreo proporcional a la tomadura de pelo del personaje a molestar. Todo eso me plantea lo siguiente....¿estamos escrachando lo suficiente? ¿quién allana más la morada, el que escracha o el que te levanta la casa a golpe de desahucio?
Desde luego la polémica está servida, pero yo por lo menos prefiero ver un escrache que un "escache" colectivo de las conquistas sociales.

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