lunes, 29 de abril de 2013

TRABAJADOR A TÍTULO PÓSTUMO

Qué bien sonaba la palabra jubilación hasta hace un par de años. Uno se imaginaba disfrutando del merecido descanso, haciendo viajes del Imserso y como mucho, y con suerte, con la preocupación de ponerte una prótesis . Hasta la palabra tenía su razón de ser, venía de júbilo , de alegría. Vamos, que te ibas el último día de trabajo tirando voladores. Amigos, nuestro gozo en un pozo. Yo estoy preparando mi currículum a título póstumo, no vaya a ser que tenga que buscar trabajo hasta debajo de las piedras, pero del cementerio.
Yo ya lo confieso, no he llegado a los 40 y hay días que no estoy para muchos trotes, así que trabajar a los setenta no sé yo cómo lo llevaré. Si todavía queda algún oyente vivo para entonces, pido disculpas de antemano si sigo aquí y vocalizo mal, ese día seguramente no me habré puesto bien el pegamento de la dentadura.  Pero oigan que si hay que seguir seguiremos. Yo cada día pienso que me tenía que haber hecho budista, por eso de la reencarnación. Primero, porque tienes todas las vidas que quieras, para llegar a una pensión digna. Pero también porque puedes elegir en qué reencarnarte. Yo la próxima vida, me pediré ser un perro. Dicen  que un año de ellos equivale a 7 en un humano. A mi el primer ladrido ya me ha salido, fue espontáneo y tras conocer que el consejero delegado del Santander se jubila, pobrecito, con una pensión de 88 milllones de euros....guau.!!!!!..

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