Mientras Venezuela está inmersa en una incertidumbre tras las elecciones. Como suele ser habitual, todos han ganado. Los partidarios de Maduro han invocado al espíritu de Chávez en forma de pajarito para seguir en el poder, mientras que al sector de Capriles no le salen las cuentas y ven cómo ganan terreno en un país dividido en dos. Invocar a los muertos siempre tiene sus riesgos, y el tiempo dirá si el presidente electo demuestra la madurez suficiente para llevar las riendas del país.
Aquí, mientras tanto, seguimos pensando también en aves y deseando que el Espíritu Santo se haya posado sobre el hombro de Rajoy en sus 24 minutos de reunión con el Papa y le ayude a guiar nuestro destino en medio de esta crisis. Tal y como está el patio no estamos para que más palomas defequen sobre nuestra cabezas, ni siquiera aunque traigan volando la santidad, no vaya a ser que hasta las palomas acaben siendo víctimas de escraches.
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