martes, 8 de marzo de 2016

EL HOMBRE FEMINISTA

Dicen que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, pero hoy me apetece hablar de grandes hombres que están detrás, por encima, debajo o al lado de alguna mujer. Hoy no celebran su día, pero también merecen que se les haga visibles, sobre todo porque son responsables en su medida de que algunas mujeres caminemos con paso firme y seguro por la vida. Yo les voy a hablar de un hombre feminista. Nació en la década de los 40 en una familia humilde con muchos hermanos, como suele decirse, cada uno de su padre y de su madre. En esa familia todos se deslomaban y daba igual que se fuera hombre o mujer...Para comer había que pelearse por llegar antes de que se acabara el caldero..y daba igual si te llamabas Rosa o Domingo, normal que haya acabado siendo defensor de la igualdad. No es habitual que un hombre de esa generación sea especialmente cuidadoso y tenga interés en que su entorno femenino se desarrolle, pero él siempre lo ha hecho. Ha tenido una mujer trabajadora a la que ha apoyado, dando meriendas y cuidando de hijos como cualquiera. A los hijos lo ha visto por igual, pero siempre ha tenido especial obsesión en que su hija estudie, se forme y sea independiente para no tener que ser un lastre para nadie ni tener que aguantar lastres. Ahora que tanto se habla de conciliar, ya ahí se conciliaba incluso antes de que eso tuviera un nombre... En su entorno de trabajo ha valorado a la mujer, también ha sido crítico con las mujeres que se ponen zancadillas entre ellas y siempre ha tenido dos frases recurrentes... una es "quiérete" y la otra es "una mujer independiente y con tu sueldo se ríe del mundo". Hoy 8 de marzo, y mientras releo el papelón de la infanta diciendo "confío en mi marido"...doy gracias infinitas porque ese hombre feminista sea mi padre. Gracias a él las mujeres de la familia somos independientes, nos apoyamos en los compañeros que elegimos pero estamos suficientemente preparadas para no tener que apoyarnos en nadie si no queremos. Gracias a personas como él me rechina en los oídos ver a una mujer que declara ante un juez que se hizo la tonta por amor... al más puro estilo Pantoja; gracias a él las garbanzas se las busca una sin necesidad de sentirse princesa ni aguantar ranas. Personalmente, no creo en las celebraciones en este día, ni que nos obliguen a celebrar por narices un día determinado. Casi creo que más bien no hay que celebrar, sino conmemorar y esto será necesario mientras en nuestro entorno las mujeres sigamos siendo un número, una víctima más, unos números de salario menos que un compañero menos preparado, una mujer que critica, que compite con la de al lado. El hombre feminista del que les hablo odia la competitividad y odia que cualquier ser humano sea un número, sea hombre o mujer. Hoy, seguramente tendrá listo su tradicional ramo de flores y felicitación del día de la mujer trabajadora. Yo te devuelvo la felicitación. Felicidades a ti, porque eres un hombre pero tienes dos ovarios...

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