martes, 26 de enero de 2016

VIERNES DE PASIÓN

El viernes Rajoy nos pilló con el pie cambiado. Tuvo una espantá y salió por peteneras huyendo de la que se le avecinaba. El hombre debe haber pensado que ya ha sufrido suficiente escarnio para llevarse otro en un debate de investidura que iba a ser como un vuelo de piloto kamikaze, pero sin punto rojo en la frente. El punto rojo lo tiene Pedro Sánchez desde que a Podemos se le ocurrió darle un tiro en forma de propuesta de pacto en toda la frente. Lo del viernes no se veía desde Blancanieves con la manzana envenenada. Pocas veces una propuesta de acuerdo ha sido un golpe tan grande en la línea de flotación de un partido y, de ahí, que anden que trinan los barones sentados menos a la izquierda del padre. El caso es que los días pasan y el país sigue paralizado en una semana de pasión de la marmota que no acaba y que va a hacer que acabemos con ganas de crucificarlos a todos. Todo esto me recuerda a esas estadísticas en las que se habla de quienes prefieren no trabajar para cobrar el paro. Ya tiene que ser jodido ser presidente para que nadie quiera coger el puesto. Lo cierto es que el sábado, el Comité Federal del PSOE decidirá si da el visto bueno al pacto con Podemos. Todo apunta a que la reunión será una merienda de negros o más bien de rojos, en este caso. Habrá que ver si se avala con v el acuerdo o si Pedro Sánchez acaba balando, con b, como un corderito de vuelta al redil.

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