LA LEY DEL TALIÓN

El ojo por ojo y el diente por diente forman parte de la tradición bíblica y del Antiguo Testamento, pero también se aplica a través de la Sharia en los países islámicos. Actuar como lo que criticamos parece un error, pero un error humano y comprensible ante la magnitud de unos hechos que nos han conmocionado desde el fin de semana. La ciudad de la luz, funciona a medio gas desde el viernes y todo por la Ley del Talión, porque un grupo al que no se puede hacer llamar ni siquiera musulmán, ha decidido imponer a Francia su castigo por su intervención en Siria. Reconózcanlo, es humano que todos miremos con desconfianza a lo que ahora nos huela a extranjero y más si tiene rasgos árabes, pero no confundamos. Les cuento mi caso: hoy, le he dado un día más las llaves de mi coche a Alí, lleva 21 años en Canarias y es marroquí. En un aparcamiento, mueve cualquier coche aparcado con su racimo de llaves de otros tantos que han confiado en él y lo hace sólo porque sabe que llego tarde a trabajar en hora punta y que en la zona no hay quien aparque. Se ha ganado día tras día la confianza suficiente para que me atreva a superar prejuicios estúpidos, sí, porque también los tenía. Todos los días da los buenos días con educación exquisita y pregunta por mi familia, cuando ni siquiera sabe si la tengo. Si a ese nivel, tenemos desconfianza hacia el mundo árabe, ¿qué pasará a partir de ahora? Todos los árabes no son musulmanes, ni todos los musulmanes llevan cinturones de explosivos como complemento, al igual que en la viña del señor hay buenos y malos, pero ellos son los desconocidos. Ahora nos sentimos vulnerables, desconfiados y en amenaza constante, la misma sensación que tienen los miles de refugiados que huyen de este terror y al que algunos quieren cerrar con un portazo la entrada. Es humano el sentimiento de venganza, pero no conviene tomar decisiones en caliente, con los cuerpos aún calientes -sobre todo- cuando hay que analizar aspectos tan profundos como el origen de la financiación de esos grupos yihadistas. Actúen, pero piensen antes. Ya lo decía Gandhi...ojo por ojo y el mundo quedará ciego.