lunes, 22 de diciembre de 2014

EL OBESO DESEADO

En una sociedad marcada por los dictados de la estética y que defiende la delgadez extrema, resulta que un día como ayer todos queremos al gordo en nuestras vidas y a ser posible ya no que nos toque, directamente que nos manosee. Así con semejante magreo se han acostado en Lanzarote tras la lluvia de millones que ha dejado un pellizco en las islas de todos los premios salvo del tercero. Ahora...sean sinceros y reconózcanlo, ustedes también han llorando viendo el informativo de ese día. En el fondo no somos tan malos como nos pintamos y nos sale la empatía en una jornada como la de ayer, la misma que nos hace llorar con el anuncio de El Almendro o el último episodio de Candy Candy. La misma alegría más o menos se ha llevado el ministro de Hacienda que ya llora de emoción mientras prepara una operación de reducción de estómago a este obeso que lo va a dejar hecho una sílfide. Si por el contrario, ustedes tienen cero empatía con la alegría ajena y andan todavía mosqueados con los vecinos afortunados, recuerden eso tan socorrido de que tienen salud y, si tampoco es su caso, miren a la infanta Cristina, que esa sí que pasó ayer un día jodido. Ya lo saben, quien no se consuela es porque no quiere.

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