lunes, 14 de abril de 2014

LOS INDULTADOS

Cuando llega la Semana Santa, las fronteras entre lo laico y lo religioso me ocasionan un auténtico quebradero de cabeza. En mi casa, hay quien te crucifica si te ve comer carne un Viernes Santo y a mi todos los años me queda un sentimiento de culpa por la loncha de jamón que se me olvida incluir en el catálogo de los alimentos prohibidos. Luego que si vas a la playa por la mañana, con las carnes al aire y al rato estás en la procesión del Santo Entierro.  Es un caos absoluto, pero el caos es mayor si las tradiciones religiosas siguen teniendo peso en el Gobierno de un país, donde la Constitución dice que somos un estado aconfesional, qunque muchos del Gobierno vayan bajo palio.

Lo digo porque a estas alturas no entiendo muy bien por qué hay cofradías de penintentes, nazarenos y sufridores varios que siguen proponiendo al Gobierno indultar a presos durante estos días...ojo, que me parece perfecto el indulto si hay motivo, pero como celebración de la Semana Santa me parece que raya el ridículo, sobre todo si uno de los indultados es un pobre banquero del Santander que engañó a unos cuantos vecinos para llevarse parte de sus fondos....vamos, que al final resulta que estamos rodeados de San Dimas, esos ladrones buenos que buscan su conversión en el último minuto. 

A este paso, los protagonistas de la crucifixión vamos a ser nosotros, que ya llevamos un Vía Crucis y penitencia que dura demasiado tiempo y  nosotros si que no resucitamos. 

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