Unas buenas orejas de burro. Es lo que se merece un ministro que ha decidido convertirse en Atila y arrasar a su paso con la educación, buena o mala, pero educación.
La dichosa LOMCE que llega hoy al Senado, nació como dicen sus siglas para la mejora de la calidad educativa, aunque lo de la mejora está por ver.
De momento en lo que ha mejorado es la forma en que ha tocado los timbales de toda la comunidad educativa. Si hay una ley en que el Gobierno ha mejorado en ese aspecto es ésta. Se logra por fin poner de acuerdo a todo el mundo, pero en su contra. Aunque como en todo hay excepciones. El Aleluya de Haendel ha traspasado las paredes de la sede de La Conferencia Episcopal donde algunos ya han vivido en su cuerpo el éxtasis de Santa Teresa. Por fin las aguas vuelven a su cauce, crucifijos, mandamientos, el pecado... Eso sí, las aguas vuelven tragándose a todos los infieles, como cuando el Mar Rojo se cerró al paso de Moisés, tragándose a todas las tropas del faraón....¿lo ven? es lo que tiene la religión....que nunca se olvida, como montar en bici.
En fin, que en eso consisten las mayorías absolutas: golpe de bastón como Moisés, ordeno y mando y los que vienen detrás que se ahoguen, que yo ya estoy en Tierra Prometida.
Pues señores, aquí los únicos que se están ahogando son las pobres víctimas de este sistema educativo, que todos manejan a su antojo cuando llegan al poder. Sería deseable que a estas alturas de la película alguien pensara por una vez en el bien común y se dejara de jugar con el futuro de los que vienen detrás. La LOE , La Logse, ahora La LOMCE, EGB, ESO....¿de verdad se creen que hace falta tanta reforma? Cada día estoy más convencida de que tanta sigla no sirven para nada, y que habría que estar por encima de ellas, para que no acabemos todos con orejas de burro....
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