domingo, 24 de febrero de 2013

RUBIA DE CINE


En esta semana que ha empezado con el glamour del cine y la alfombra roja, una rubia de cine que bien podría ser Marlene Dietrich ha salido del armario. El Óscar a la mejor banda sonora se lo vamos a dar a la princesa Corina de apellido impronunciable. Se ha desahogado cantando por bulerías y limpiando su imagen de posibles culpas en una entrevista desde Mónaco, como si fuera la princesa Grace viniendo desde el más allá para satisfacción de todos los republicanos.

La entrevista de la rubia princesa, aunque su linaje no está claro, no ha tenido desperdicio. No sólo porque se sacude con golpe de melena dorada cualquier culpa en la trama que la vincula con el instituto Noós. Lo mejor del caso es su "entrañable" amistad con el Monarca.

A mi lo de la amistad entrañable me tiene hablando sola desde este fin de semana.  Yo pensaba que entrañable se refería a la relación que uno tiene con un abuelo, basada en la ternura, pero no, reconozco que me equivocaba. Llevada por la curiosidad, me fui a la Real Academia de la Lengua y he ahí mi infortunio. Resulta que entrañable es para los académicos un sinónimo de íntimo y muy afectuoso.....así que yo ya estoy pensado en la tragedia griega que se avecina y el cambe de peluca que va a sufrir nuestra reina Sofía, que diría un kinki de barrio.

Estoy preocupada también por el pobre Iñaki, que ha tratado de hacerse barrendero y esconder debajo de la alfombra cualquier implicación de la Casa Real en la trama. El pobre recurrió a la princesa para buscar un trabajo acorde con su posición. Pues señor Urdangarín, para su comodidad le recomiendo que su posición a partir de ahora sea Decúbito Supino, que le protegerá de agravar aún más sus heridas.




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