El próximo sábado volverá a haber golpe de Estado. Los cimientos de la Casa Real puede ser que tiemblen más que cuando Tejero irrumpió en el Congreso de los Diputados. Al duque de Palma le toca declarar por todo el sainete que se ha formado a cuenta de la trama del Instituto Noos.
Para calentar este capítulo de La que se Avecina, la semana ha comenzado de nuevo con escándalo. El ex socio del duque, Diego Torres, ha tirado de la manta y ha revelado que en el negocio metía la patita hasta el Tato. En un momento de total descrédito de la institución, encima el Duque ha salido fan del destape y se ha revelado como un Fernando Esteso de tercera regional. Los correos de su socio han dado cuenta de su creciente afición al ciclismo. Cuando todos pensábamos que lo suyo era el balonmano, ahora resulta que se dedica a intercambiar fotos de pelotones de ciclistas y nunca mejor dicho lo de pelotón porque todas las ciclistas retratadas iban en pelotas.
El caso es que ya este golpe de estado a la Monarquía nos está tocando la línea de flotación , justo a la altura de las tripas. Revuelve pensar que todo lo que han publicado los medios pueda ser verdad y que esta institución hasta ahora intocable, haya caído a niveles tan bajos. Si la justicia finalmente demuestra que hasta el Rey conocía y participaba de los negocios turbios, que se prepare Zarzuela, porque el meteorito de los Urales va a ser un cosquilleo. Espero que en ningún acto público el protocolo obligue a lucir peineta, porque la que va a caer es el modelo Bárcenas y sin mantilla.
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