Una a una, como fichas de dominó, fueron cayendo sus viviendas porque alguien considera que hay que devolver al mar lo que se le quita....aunque ya hayas pagado por ello.
¿y los recuerdos.... quién los devuelve?
Muchas veces hemos llorado por perder algún objeto que tenía valor sentimental, imaginen por un momento que desaparece de un plumazo todo lo que en su vida tiene valor sentimental. ¿Podríamos llegar a recomponer nuestra vida?
El daño ya está hecho, pero hay otros Chovitos que esperan la pala. En unas islas es difícil no querer mirar al mar que nos rodea. Bueno será humanizar las leyes y hacer que convivan con la vida, al menos con la vida ya construida.
Dice una canción de Sabina que "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver". Estos peces aman tanto sus recuerdos que seguirán nadando a pesar del dolor, para volver a estar cerca del mar.Hasta que lo consigan, seguirán creando más escamas para no olvidarse nunca de que un día salieron del agua para llegar hasta la ciudad.
Para todos los vecinos de Chovito, por abrir su corazón y lo poco que quedaba en sus viviendas...y a Miguel, un niño que miraba al mar, por permitirme ser su compañía en los últimos minutos en su casa.
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