lunes, 11 de noviembre de 2013

VIDAS DEVASTADAS

Mientras en España nos preocupamos de si la izquierda está más a la izquierda y la derecha también se escora a su banda, hay una mano sin misericordia que remueve la conciencia de medio mundo. Esta mano  nos ha vuelto a recordar que somos frágiles y que todas nuestras miserias de cada día se quedan en una broma de mal gusto ante las desgracias ajenas.
Esta vez le ha tocado a Filipinas recibir el golpe de la naturaleza en forma de un tifón,  con nombre de mujer, que quedará maldita para siempre sobre la faz de esa tierra.
 Desde nuestro espacio afortunado en el mundo, es difícil  ponernos en la piel desgarrada de este país con una fe que no se quebranta a pesar de que el viento lo ha arrasado todo a su paso. Las imágenes son un bofetada que nos muestra a zombis andando sin norte entre montañas de escombros donde ya no queda nada.  También la presencia española en las islas nos deja un reguero de víctimas con nombres y apellidos que nos acercan a pesar de estar a miles y miles de kilómetros. A pesar de la magnitud de la tragedia, si hay algo positivo en tanto sufrimiento es la oleada paralela de solidaridad que se genera. Ojalá que esos vientos soplen si cabe con más fueza para poner en pie tanta destrucción.

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