lunes, 13 de junio de 2016

EL QUE NO LLORA NO MAMA

Hay momentos en los que uno lee las noticias en el periódico y la realidad supera a la ficción. Una mujer de Estados Unidos ha dejado su trabajo por no poder conciliar la vida laboral y familiar. La noticia podría ser la realidad de muchas mujeres de Estados Unidos y de España, y de prácticamente cualquier país, si no fuera porque la mujer de esta historia se ha ido de su trabajo por no poder amamantar a su pareja...si, no rebobinen, leyeron y oyeron bien. Miren que sobre gustos y perversiones no hay nada escrito, pero Jennifer -que así se llama la protagonista de esta historia- más que dejar el trabajo, lo que tendría es que buscarse uno como monumento. Tiene que dar el pecho cada dos o tres horas a un bebé hiperdesarrollado de 36 años y practica con él lo que se llama lactancia adulta. Ellos argumentan que, lejos de cualquier perversión, lo de ellos es un vínculo tan personal como el que tendría cualquier madre con su bebé durante la lactancia. Eso sí, ella se tupe a pastillas, tés, semillas de lino y no sé cuántos potingues más para poder las necesidades de lactosa del muchacho, que -por cierto- es culturista. No quiero ni imaginar cómo es la vida de esta pobre mujer cuando su pareja tiene competición...comerá arroz y pechuga, de pollo y de su mujer... En fin, este hombre se llama Brad, si todavía fuera de apellido Pitt, entendería las ganas de acurrucarle en su seno, como una pietá...pero no es el caso, el muchacho te puede cortar la leche en cuanto lo ves, y convertir en queso el primer sorbo. Ahora que todos están hablando de promesas electorales, digo yo...por pedir...¿se podría contemplar entre las medidas de conciliación de los programas de los partidos el amamantar al marido? ¿ de cuánto podría ser el permiso? ¿podría contemplarse el carácter respectivo de la medida de conciliación? Yo tiro barro, a ver si pega. Ustedes hagan sus peticiones que ya lo dice la frase, el que no llora...no mama.

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